La iglesia parroquial de San Pedro es uno de los monumentos más importantes de Calasparra, de fábrica de mampostería y ladrillo como corresponde a los edificios típicamente barrocos murcianos, cuyos paramentos han sido revocados de yeso blanco en la última restauración del inmueble. Es una iglesia de tres naves y planta de cruz latina.
Se encuentra ubicada en el casco antiguo de la villa, presidiendo la primitiva e irregular plaza mayor.
A la fachada principal se accede por medio de una escalinata semicircular que salva el desnivel existente con el resto de la plaza. Sobre la portada de acceso al interior del templo figura como tema decorativo los atributos del titular, San Pedro: dos grandes llaves cruzadas, las del reino de los cielos, una gran tiara flanqueada por un báculo y una cruz patriarcal.
Se trata de una iglesia que cuenta con un rico patrimonio mueble compuesto por doce retablos y buenas tallas.
La iglesia de San Pedro cuenta con varias capillas y doce retablos, de los cuales destacan, en la Nave del Evangelio, el retablo de San Antonio, rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII, con las típicas rocallas (motivo decorativo en forma de curva y contracurva).
El resto de las esculturas son modernas, excepto las aludidas anteriormente y las del titular del templo y San Sebastián, ya que las demás fueron pasto de las llamas durante la última Guerra Civil. En el Baptisterio, un San Juan, de 1944, de Juan Diez, realizado en Valencia.
ARQUITECTURA
La portada se encuentra flanqueada por dos balconcillos con antepecho de forja y tirantes de sostén del mismo material, con carpintería de cuarterones del siglo XVIII. Ambos balconcillos tienen idéntica misión que el óculo superior.
El cuerpo inferior alberga la entrada, de medio punto, con atisbos de abocinamiento, que se cierra con puerta barroca de batientes de madera estoperoles cuadrifolios, flanqueada por dos pilastras de orden dórico y sobre ellas un sencillo entablamento que da paso al ático.
HISTORIA Y PERSONAJES
El edificio parece que tiene sus orígenes en época medieval, aunque otras fuentes apuntan al siglo XVI. Ha sufrido a lo largo de su historia profundas reparaciones y obras.
La noticia documental más antigua, hasta ahora conocida relativa a la iglesia de San Pedro Apóstol, data de 1545: un testador especifica que la parte donada se gaste en la fábrica parroquial. Del mismo modo, un libro de visita de 1586 detalla que el entonces Comendador de la orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, Juan Jufre de Loaisa, costeó los arreglos de la capilla de San Juan.
De sus numerosas reparaciones, destacar la de 1736, siendo comendador Fr. D. Diego de Vergara y Vela, ejecutando los arcos en las Capillas de Ntra. Sra. del Rosario y Santísimo Cristo, Diego Gutiérrez, maestro alarife; y el tejado de la Capilla de San Antonio ejecutado y finalizado por Diego Bueno, maestro alarife.
Tras el devastador paso del ejército francés del mariscal Soult por la villa, en septiembre de 1812, se inició en 1813 la reparación de la Iglesia de San Pedro, a cargo del maestro de obras José Polo y Pavía, arquitecto cartagenero nacido en 1780. La restauración fue concluida en 1820 tras siete años de trabajo.
El marco urbano donde se encuentra el inmueble constituyó el centro de la población desde el siglo XVI hasta los comienzos del XX, en que se desplazó hasta otro punto neurálgico buscando el encuentro con la carretera comarcal.
Numerosas son las personas que a lo largo del tiempo estuvieron vinculadas a la historia del edificio por diferentes motivos. Juan Diez, escultor que realiza una imagen de San Juan, en Valencia, de 1944, que se encuentra en la Capilla del Baptisterio.
También merece un lugar destacado Don Juan Jufre de Loaisa, Comendador de la orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. En el siglo XVI costeó los arreglos de la capilla de San Juan.
Por último sobresale la persona de Don José Polo y Pavía, arquitecto cartagenero nacido en 1780 que restaura la iglesia de San Pedro en 1813, después del paso de las tropas francesas por la villa.
OBRAS DE ARTE
Nazareno
Es una talla realizada en madera policromada. Es una imagen de vestir.
Se trata de la imagen de Jesús nazareno, vestido con túnica de terciopelo en color morado y con detalles y puntillas en oro. Bajo la túnica asoma en el cuello y manos la puntilla blanca de la camisa.
Está representado de pie, mirando al frente, aunque gira levemente la cabeza hacia la derecha. La expresión del rostro es muy dramática. La boca entreabierta indica dolor. Es una imagen muy realista. Entre los dientes se ve la lengua retorcida, como apretando para aguantar el intenso dolor y angustia. Los ojos son grandes, como los que hace Nicolás de Bussy. La forma de las cejas que convergen y se fruncen hacia arriba, como las del maestro mencionado. La nariz alargada también es típica de las del estraburgués.
El cabello está labrado al igual que la barba, pero se le ha superpuesto una peluca de largos cabellos. Éstos están recogidos por la corona de espinas de madera que los sujeta.
La forma del cráneo, estrecho y abultado, es semejante a la empleada por Bussy para sus esculturas. El color de las carnaciones es muy oscuro, pero también es cierto que dicha imagen fue quemada en tiempos de la guerra civil.